12 sept 2012

GASPAR MONTES ITURRIOZ



Gaspar montes Iturrioz es un pintor nacido en Irún (Gipuzkoa) el 27 de febrero de 1901 y fallecido en 1998.
Inició sus estudios en Irun con el escultor Julio Echenadia y el pintor José Salis Camino, trasladándose después a Madrid para seguir estudiando con los profesores don José María López Mezquita y don Fernando Álvarez de Sotomayor. Es digno hacer constar que el pintor don José Salis Camino no se limitó a darle lecciones, porque él y don Nemesio Camio, le dieron una pensión para que pudiera ir a Madrid para ampliar sus estudios.

En 1924 se trasladó a París con el importe del premio conseguido en la Exposición de Artistas Noveles, y estudió en las Academias libres de la capital de la República Francesa.

Concurrió a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes en 1927 y 1930 y celebró exposiciones colectivas e individuales en Madrid, San Sebastián, Pau, Bayona, etc. En 1938 empezó a tener buen número de discípulos que le obligó a dedicarse con intensidad a la enseñanza pictórica.

Obtuvo varios Primeros Premios en el Certamen de Artistas Noveles Guipuzcoanos a partir del año 1919, Primer Premio en el Certamen de Navidad de San Sebastián de 1951 y Primer Premio Darío de Regoyos en el Certamen de Navidad de 1956. También consiguió obtener el Segundo Premio del Ayuntamiento de San Sebastián en 1952, consistente en cinco mil pesetas.

En 1964 y 67 expuso en San Sebastián, y en 1970 expuso junto a Arteta, Casas, etc., en la exposición "Siete Maestros Españoles del Dibujo". Pintó murales en iglesias de Gipuzkoa, Valencia y Asturias. Y también pintó motivos decorativos en el campo de aviación de Valladolid y en hoteles navarros y aragoneses, como asimismo vidrieras.

Obras más conocidas: Roncesvalles, El embarcadero, Paisaje de Irún, Fuente de Narciso y Nieve en Irún, esta última obra propiedad del Museo de San Telmo de San Sebastián, donde se encuentran parte de sus obras, así como en Bilbao y en el Mar de la Plata (Argentina). Otras obras: Camino de Behobia, Bidasoa, Otoño, Fuenterrabia, Aoiz, así como diversos paisajes nevados.

El surgir de Montes Iturrioz en Irún fue parecido al de Bienabe: los mismos estudios, el mecenazgo de que es objeto por Salís y Nemesio Camino, análogas implicaciones familiares con el entorno y la participación en su juventud del ambiente cultural irunés. Pero la suerte de la confrontación civil deparó a este pintor derroteros diferentes a los de su amigo, que derivaron en una permanencia casi absoluta en Irún (salvo períodos formativos), con actividades polifacéticas -aunque dentro del campo creativo del arte-, tales como ilustraciones, decoraciones, diseños de vidrieras etc., y algo mucho más trascendental, su profesorado en la Academia particular de Dibujo de Beráun desde poco antes de la guerra, continuándose luego en la Academia Municipal de Dibujo de Irún hasta su jubilación. Lo cual situó a Montes Iturrioz en un plano de indudable importancia.

Correspondió a Montes Iturrioz la tarea de crear una escuela en el estuario del Bidasoa para los pintores locales, que duró 50 años, en diversos centros de Irún: primero en su Academia particular instalada en Casa Beráun, que abrió poco antes de la guerra, después en la Academia Municipal de Dibujo, de la que pronto fue director, compatibilizando pintura, diseño y enseñanza. La jubilación no interrumpió su labor didáctica, que continuó en la galería Txantxangorri de Fuenterrabía -propiedad de la familia Salís- y en su propio domicilio. Fueron muchísimos los alumnos que pasaron por sus manos -no tanto sus discípulos, aunque numerosos- a quienes recomendó <<mirar a la naturaleza>>, dejando la máxima libertad de expresión, bajo la condición de una técnica rigurosa.

Gaspar Montes Iturrioz sobresalió por su polifacética labor artística, primero decorativa (diseño de tapices, vidriera y pintura mural), luego gráfica (ilustración, cartelismo y grabado), pictórica y docente. Protegido del pintor Salís, a quien debe los inicios de su carrera artística en Madrid y París, recibió de él los conceptos básicos de una estética de la Naturaleza vista al aire libre, con una técnica pictórica de factura moderna; el sentimiento amoroso hacia la Naturaleza propia; y una quietud por la cultura en sentido amplio. Sus profesores Julio Echeandía, López Mezquita y Alvarez Sotomayor reforzaron en él -junto a la pintura del Greco, Zurbarán y Velázquez y Goya- la observación del natural y la exigencia de perfeccionar la propia técnica. Acudió a París motivado por su amigo Ramiro Arrúe, primero en ponerle en contacto con el constructivismo cézanniano, que alimentaron en él la obra de Arteta, el magisterio de Vázquez Díaz y su amistad con el discípulo de éste, Olasagasti. En París perfeccionó el dibujo en las Academias libres Colarossi y Grand Chaumiére, y estudió en el Louvre el movimiento y la composición de los cuadros italianos del Renacimiento. El aprendizaje en el impresionismo y postiempresionismo (Van Gogh, Cézanne y Gauguin), fueron disipando en él el interés por la figura y su sustitución por el paisaje.

La pintura de Montes Iturrioz -singularmente su paisaje- es consecuencia feliz del impresionismo y constructivismo a lo Cézanne, reforzados por Vázquez Díaz, que para él representó la síntesis perfecta de tales orientaciones. Del maestro de Nerva tomó su finura del color, la exactitud del dibujo y el sentimiento de los volúmenes, atenuado por su moderación personal.

Gaspar Montes partió en su obra de un realismo académico, que se extiende hasta 1920, tornándose constructiva su pintura seguidamente e impresionista desde 1940, tras una transición realista que en cierto modo recuerda lo hecho por Ricardo Baroja. Puede decirse que su pintura es plenamente impresionista hasta 1973, en que sometió este estilo a depuración, aflorando de nuevo a sus soportes un débil constructivismo, en visiones de la Naturaleza más bien espiritualizadas, evocadoras del sentimiento de Regoyos ante el campo vasco.

Montes Iturrioz fue el cantor de Irún y paisajista del interior de la Cuenca del Bidasoa. Aunque también fue pintor de bajamares en la desembocadura del Bidasoa. Embargado por el romanticismo de las Cinco Villas navarras, de Urroz de Santesteban y de Baztán, nos ha ofrecido visiones intensas y contrastadas de la Naturaleza: pueblos junto al río, vistos tras el puente, con un fondo de montes azulados; bosques y montes con senderos, casas y molinos solitarios; campos silenciosos y quietos.


 

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